Nuevos hábitos y protocolos para seguir cuidando a quienes más lo necesitan.
Dialogamos con 4 de nuestras asociadas que se dedican a ofrecer cuidados domiciliarios de adultos mayores o personas con distintas vulnerabilidades, que necesitan acompañamiento. Las referentes de Acompañándolos, Cuidadores Domiciliarios de Mar del Plata, Soltrecha y Trato Digno, nos contaron cómo realizan su trabajo durante la pandemia y cómo debieron adaptarse, para poder seguir acompañando a quienes más lo necesitan.
Las cuatro cooperativas están conformadas en su mayoría por mujeres, cuyas profesiones son cuidadorxs domiciliarixs, acompañantes terapéuticxs, acompañantes ocupacionales y enfermerxs, que ofrecen servicios de cuidado en domicilios particulares. La llegada de la pandemia a nuestro país en el mes de marzo, las obligó a adaptarse rápidamente a la situación, por ser consideradxs trabajaodxs esenciales. A pesar de encontrarse en distintas regiones del país, comparten problemáticas, protocolos, y la angustia de estar en riesgo tanto trabajadoxs como pacientes; que forman parte del grupo de riesgo.
La cooperativa de trabajo Acompañándolos, de la ciudad de Tres Arroyos, Buenos Aires; se conformó en el año 2016 y está integrada por 72 personas que trabajan en tareas de cuidado. Esta empresa ofrece distintos servicios: cuidado de adultos mayores en domicilio según necesidad horaria, y atención de pacientes ambulatorixs.
Además, desde 2018 cuenta con una Casa de Medio Camino; un dispositivo en el que trabajan con personas de entre 18 y 60 años que tienen patologías psiquiátricas, están judicializados y no cuentan con recursos para valerse por sus propios medios. Actualmente, en la casa trabajan 10 asociadas de la cooperativa y viven 6 persona que, durante la pandemia, iniciaron un emprendimiento asociativo para poder generar sus propios recursos económicos y costear sus necesidades personales. Impulsados y acompañados por la cooperativa, los pacientes están elaborando y comercializando productos de limpieza para higienizar espacios públicos de los Municipios de Gonzáles Chaves y Tres Arroyos.
Su presidenta, Susana Figaro, aseguró “la pandemia nos afectó un montón, algunas cooperativistas de hecho no quisieron trabajar más y se retiraron con licencia porque les daba miedo, por ellas y por la responsabilidad que implican también las tareas de cuidado”. Si bien los contagios en la ciudad, recién se aceleraron en las últimas semanas, la cooperativa toma todos los recaudos desde el inicio de la pandemia y realizó la firma de declaraciones juradas por parte de cuidadoras y familiares, en las que asumen los riesgos de contagio y responsabilidades que existen al ofrecer este tipo de servicios.
La Cooperativa de Trabajo Cuidadores Domiciliarios de Mar del Plata, por su parte, se constituyó en el año 2010 y cuenta actualmente con 140 asociadxs, que ofrecen servicios en 95 hogares. En la última semana el coronavirus las golpeó de cerca y perdieron a una de sus asociadas, madre de otra asociada que contrajo el virus realizando su trabajo. Además de esta dolorosa perdida, durante el mes de septiembre también vieron disminuida una baja en los servicios de cuidados domiciliarios, ya que perdieron 11 adultos mayores.
Con la llegada del virus, se vieron obligadas a poner en funcionamiento los protocolos recomendados para poder seguir prestando servicios, sin poner en riesgo a ningunx de sus asociadxs, ni pacientes. En ese sentido, como primera medida, se tomaron licencia todas las cuidadoras que formaban parte de los grupos de riesgo. Además, redujeron la atención de la guardia que tienen en sus sede y modificaron todos los hábitos de cuidado y limpieza, incluyendo alfombra sanitizantes, desinfección constante de los espacios y box acrílicos divisores para atención personalizada de familiares. En cuanto a los protocolos de cuidado que ofrecen los domicilios, deben ingresar con otra indumentaria y calzado, utilizan constantemente elementos de protección e higiene; medidas incluidas en las DDJJ que firman tanto cuidadoras como familiares.
“Por suerte contamos con un gabinete psicológico que ofrece contención a todxs lxs trabajadorxs de la cooperativa, porque la realidad que estamos viviendo es muy difícil. Nosotras vamos para adelante, pero en el último tiempo pudimos darnos cuenta de toda la angustia que nos genera esto, el miedo a contagiarnos, a contagiar a nuestros pacientes que en muchos casos cuidamos desde hace 3 o 4 años, de contagiar a nuestras familias, es muy doloroso todo; pero tanto la atención de nuestra psicóloga, como la contención de las mismas compañeras de la cooperativa, nos da la fuerza que necesitamos para seguir trabajando”, aseguró Elsa Miori; presidenta de la cooperativa.
La cooperativa de trabajo Soltrecha, por su parte, está ubicada en la ciudad de Resistencia- Chaco. La misma esta integrada por 57 asociadxs y es la primera cooperativa del país que comenzó a ofrecer estos servicios, en el año 2001. Al estar ubicada en una de las zonas mas afectadas por el Covid-19 desde el primer momento, el impacto en la cooperativa llegó de inmediato. En primer lugar, dejaron de prestar servicios en 20 domicilios que presidieron de los servicios de la cooperativa, algunos porque sus familiares comenzaron a trabajar desde sus hogares y otros, por miedo al contagio de lxs adultxs. De a poco, en los últimos meses se fueron recuperando del impacto y actualmente cuentan con 60 domicilios.
Además de establecer protocolos de cuidado, como cambio de indumentaria para ingresar a los domicilios, uso de mascarilla, guantes, barbijo y productos de higiene; también enviaron una circular notificando a las familias de lxs pacientes las medidas adoptadas para resguardar la salud de lxs mismxs y los pasos a seguir si sospechan de un caso postivo de Covid-19 en esos hogares. También indican que, ante la sospecha o confirmación de un caso positivo, la cooperativa deja de prestan servicios inmediatamente, hasta que el paciente y/o familiar este dado de alta.
Josefina Sánchez, presidenta de la cooperativa dijo que “ se trata de un trabajo muy complicado, porque hay muchos pacientes que cuidamos desde hace muchos años, y las cuidadoras ya tenemos un vinculo y un cariño establecido con esa persona y su familia. Tomamos todas las medidas de cuidado, incluso intentamos no trabajar en más de un domicilio para minimizar riesgos, y en el caso de que sospechemos que alguna de las cuidadoras puede estar contagiada, se realiza un hisopado en un laboratorio con el cual ya tenemos un acuerdo. Por su seguridad, la de sus compañeras, la del paciente y su familia”.
La cooperativa de trabajo Trato Digno, por su parte, está ubicada en la ciudad de Gualeguaychú, Entre Ríos; y se constituyó en diciembre de 2017. Cinco de sus asociadas brindan servicios en distintos domicilios cubriendo 8 hs. diarias de trabajo cada una y 15 trabajan realizando guardias esporádicas o nocturnas.
Con el apoyo de la Dirección de Adultos Mayores del Municipio de Gualeguaychú, realizaron el protocolo y la circular que firman tanto cuidadoras como familiares para establecer las normas de cuidado, higiene y procedimientos, en cada uno de los hogares.
Thelma Zapata, secretaria de la cooperativa, contó que “con la pandemia vimos disminuido nuestro trabajo porque en muchos casos nosotrxs trabajamos por poquitas horas y el miedo, sumado a que las familias empezaron a trabajar desde sus hogares, decidieron suspender el servicio. Pero igualmente nosotras seguimos acompañando telefónicamente, hablando con los familiares y ofreciendo respuestas a algunas consultas que nos hacían, para que pudieran cuidarlos mejor; y también para seguir acompañando a los pacientes y no cortar el vínculo, que en muchos casos nos lleva mucho tiempo poder establecer”.
Si bien la pandemia obligó a que todas las empresas y trabajdoxs cambiaran sus y hábitos y protocolos, para nosotrxs es importante destacar la responsabilidad, la solidaridad y el amor de todxs lxs trabajadorxs de estas cuatro cooperativas, que se brindan a un otrx que necesita de su cuidado, acompañamiento y atención, para tener un mejor vivir.
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